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LA CAJA TONTA

LA CAJA TONTA

Es difícil decir que se es feliz en este mundo que hemos dejado que creen para nosotros. Nunca es suficiente,  siempre creemos que la felicidad es otra cosa; algún ideal inducido por los medios de comunicación se convierte en nuestra nueva meta en la vida. También es cierto que el ser humano tiende a acostumbrarse a las cosas y deja de sentir que debe cambiar algo para mejorar su vida. Lo paradójico es que la mayor parte de las cosas que creemos necesarias para nuestro bienestar y felicidad son perecederas y en poco tiempo pierden su carácter de imprescindibles por ser anticuadas o inservibles.

El primer paso para convertirse en un ser más feliz es eludir en lo posible y en su justa medida los medios de comunicación. La televisión; de caja tonta no tiene nada. Es un instrumento imprescindible para el sistema de reacción masiva. Es el principal instrumento de inducción y de transformación de la sociedad de la comunicación. En cuestión de horas puede hacer que la inmensa mayoría de la población mundial desee lo más absurdo para lograr su felicidad. La felicidad puede ser simplemente aplacar un miedo, o vengar una protesta de un colectivo tergiversándola de agresión. La tonta no es la caja ni la tele ni la productora, sino nuestra cabeza que se deja influenciar sin ser consciente de las consecuencias que tiene.

Llevo varios años sin ver la tele, y durante unos días mientras estaba de vacaciones he visto más horas de las recomendables la televisión. He visto tan solo un par de documentales interesantes y un partido de fútbol entre más de 100 horas de programación. El resto, son prácticamente catástrofes que desconocía en los últimos años. Desconocía que constantemente estamos en peligro de muerte inminente por las tremendas lluvias que caen; o por la cantidad de sucesos truculentos que ocurren. He vivido dos años en la inopia, o eso pretenden que crea. Si pones el telediario siempre parece que está ocurriendo algo excepcional ahí fuera; la música, la voz y las imágenes consiguen que un simple chaparrón sea un acontecimiento histórico.

También existen motivos nobles, motivos de concienciación, de educación social. Nos alertan de los peligros de la carretera, de los maltratadores ( por no llamarlos por el adjetivo que se merecen ) o del niño que nace para salvar a su hermano. Pero es curioso, por cada motivo noble nos meten con calzador y un poco de vaselina lo que interesa a los gobiernos y la cúpula de la organización capitalista. Resulta que la principal causa de la crisis del 2008 es la falta de liquided y confianza entre los bancos. De por sí, la crisis financiera no debería afectar a la economía doméstica y social en general. Si las empresas de yogures siguen vendiendo yogures seguirán ganando dinero y necesitarán el mismo personal en las fábricas. Pero si compramos la mitad de yogures porque nos han convencido de que se avecina una gran crisis, entonces la fábrica de yogures tendrá que mandar a la calle a la mitad de la plantilla y entonces sí que habrá crisis de verdad. Y ¿por qué nos convencen para que no compremos yogures? Pues para que dejemos el dinero en la cuenta corriente ( la cual nos da un interés inferior a la inflación con la consiguiente depreciación que conlleva ) y de este modo los bancos tengan dinero fresco y no tengan necesidad de prestarse entre ellos o de solicitárselo al Banco Central Europeo.

Es increíble los pocos escrúpulos que tienen los medios de comunicación; no les importa que con su inducción miles o cientos de miles pierdan sus empleos. Lo increíble además, es que la gente no se siente mediatizada ni manipulada; consiguen que todo el mundo piense que no se están dejando influenciar y que hacen lo que les da la gana libremente. Por favor dejad de ver la tele; es mucho más conveniente para todos consumir cine, o tirar de videoclub, o del emule si lo prefieres, que tragar la bazofia envenenada que nos regalan por esa "caja", que de tonta no tiene nada.

1 comentario

Lonely.dm -

Buen post!!!

Ojalá no lloviese y así poder ir a dar unos raquetazos... y no ver la tele, es decir, la máquina infernal absorve cerebros...