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Vida Inteligente

Vida Inteligente

Hay momentos en los que consciente o inconscientemente alimentas tu apego a la vida. En un mínimo lapso de tiempo sucede algo que te produce una reacción interna, instintiva, que hace que sientas (*1) que la vida es maravillosa.

 

¿Qué hay detrás de esa reacción lógico-físico-química?

Yo diría que el instinto de supervivencia que es probablemente el instinto más básico de todos ( exceptuando el de Sharon Stone ;P ). De aquí se puede deducir que un instinto evoluciona hacia otros, muriendo o no su precursor, por la misma ley y lógica que la teoría de la evolución de las especies de Darwing, y por una vía de herencia curiosamente individual pero asociada a la rama común de la evolución genético-física de las diferentes especies.

Estos días he estado trabajando intensamente en la implantación de un sistema informático en una clínica de radiodiagnóstico. La mayoría de la gente que entra a estos sitios vive momentos de incertidumbre y siente temor por su vida. Por esto, el lugar, aunque se intenta hacer lo más agradable posible, irremediablemente resulta lúgubre y denso. Y entre tanto aparato monstruoso, y entre tantas expresiones de mal trago, en medio de este apocalipsis, alguien me llama la atención especialmente por su belleza. Como un cálido rayo de luz que se abre paso en una triste lluviosa tarde de invierno, o como el primer amanecer del verano ártico. La misma esencia de la vida que brota en medio del áspero desierto; ese algo que surge de la nada, tanta belleza que duele. Una belleza tan imposible que hace soñar; que hace sentir que aunque solo sea por eso, por el sueño imposible, merece la pena vivir.

 

Hé ahí la fuente de mi inspiración para esta reflexión. La belleza de esa joven (*2), que aun siendo imposible e inalcanzable me permite soñar y divagar para darme cuenta de lo maravillosa que es la vida. Ya advertí en Primeros Pasos ( http://urdinia.blogia.com/temas/primeros-pasos.php ) que soy un romanticón empedernido, pero este caso me ha llevado a una conclusión teórica muy interesante. La aplicación de la teoría de la evolución de las especies a la evolución de los sentimientos y por ende a la evolución de las reacciones instintivas y por consiguiente del mismo reactivo neuronal de los pensamientos; lo que aceleraría exponencialmente la complejidad de las redes neurológicas llegando a formarse un cerebro complejo, tanto como el humano.

 

De demostrarse esta teoría revolucionaría la neurología ( y otras ciencias apasionantes ) ya que pondría de manifiesto que nuestro cerebro es un dispositivo programable mínimo y en blanco ( aunque predispuesto físicamente ) que va creciendo en complejidad por las reacciones instintivas que trae de fábrica ( la BIOS ). Las emociones, sensaciones y respuestas del entorno a nuestras solicitudes instintivas durante los primeros años de nuestra vida forman el entramado neuronal básico que define la complejidad de nuestros pensamientos. Por tanto, la genética solo sería una predisposición a la evolución psicológica, y en cambio las experiencias infantiles, coincidiendo con muchos psiquiatras, la verdadera clave de la psique de un individuo; y los instintos la verdadera clave de la vida inteligente.

Esto, además, despejaría una de las incógnitas más controvertidas de la formula de Drake; haciendo que las posibilidades de vida inteligente ( fi ) dentro de ( neà100k ) elementos finitos de vida,  sean muy altas ( 0,9 ) en un lapso de tiempo tan amplio como la vida de nuestro planeta y más aun en la edad del universo. Estaríamos hablando de unos 100 mil lugares ( no solo planetas ) de nuestra propia galaxia que podrían albergar no ya solo vida sino también vida inteligente.

 

Ahora la pregunta que me planteo es: ¿qué instinto difiere entre el hombre y el animal para que nos haga seres más inteligentes? Probablemente sea una combinación de varios instintos bien compatibilizados, y aunque la respuesta no está a mi alcance aún, apostaría a que el instinto más básico de todos, el de supervivencia lo hemos evolucionado a un conjunto de instintos más complejos, con más reacciones neuronales de causa-efecto, como es el caso del instinto de amor. No obstante, aunque el conjunto de instintos en general para todos los humanos es muy parecido, no todo individuo tiene el mismo conjunto de instintos exactamente. Igual que un individuo hereda los ojos de su padre y la boca de su madre, hereda el instinto "X" de su madre y el "Z" de su padre. Probablemente, inconscientemente buscamos en nuestras parejas ( durante el proceso de reconocimiento mutuo ) ese componente instintivo complementario o de refuerzo, que mantiene viva la llama de la evolución humana.

Sin menoscabo de todas las ciencias, podríamos hablar de una nueva ciencia, la ciencia por excelencia que permite denominar a éstas: la ciencia de la inteligencia.

 

1:  En este caso sentir y pensar es lo mismo no obstante este tema lo debatiré más extensamente en otro artículo porque según mi teoría sentir y pensar parten del mismo activador neuronal.

 

2:  Por ciento, muchas gracias por ser mi fuente de inspiración para esta reflexión ;)

2 comentarios

REDES -

Perdón el anterior no era el que quería poner, aunque ese también es muy interesante, es el que indico como web.

NIETSNIE -

Parece que alguién más se ha dado cuenta de esto:
http://www.youtube.com/watch?v=Ztgu1W5Ns1U&feature=related