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La evolución de la inteligencia

La evolución de la inteligencia

Los instintos son la razón de los sentimientos y el motu de la inteligencia. El instinto es como la BIOS ( Basic Input Output System ) de una computadora, pero además es modificable, ampliable, interacciona con la morfología del individuo a niveles moleculares y tiene una clara vocación de sistema experto, esto significa que se basa en un algoritmo orientado a aprender de los errores y de los aciertos.

Todo lo que sea inteligente debe tener sentimientos, sean del tipo que sean, los cuales son necesarios para el desarrollo de los instintos. Instintos que permiten evolucionar hacia la ansiada felicidad eterna, léase lujuria, ausencia de dolor e inmortalidad.  Así pues, de existir Dios, como todo ser inteligente sea del tipo que sea, debe poseer un motu, y por ende sentimientos e instintos, y para que los instintos se desarrollen debe haber un medio diverso con otros seres con los que se pueda interactuar, intercambiando acciones, experiencias y observaciones. Así pues, antes de existir Dios deben existir otros seres inteligentes, cuando menos ángeles y demonios.

Pero no todo lo que tiene capacidad de interaccionar interacciona. Un robot con brazos, manos y piernas esta físicamente capacitado para interaccionar con el medio y no lo hace con afán de aprendizaje. El instinto de interacción es la base de dicho afán, el cuál junto con la capacidad mutante de los elementos que componen los organismos, son la base de toda posible inteligencia natural.

El instinto de interacción necesita también de una memoria para que la información de interacción sea aprovechable en el tiempo, para evitar determinadas acciones y conducirse más efectivamente hacia las correctas, además así se compartirá el conocimiento.

Así pues hacen falta dos mecanismos primarios: el mecanismo motor y el mecanismo de memoria para que los organismos dejan de ser simples circuitos combinacionales para ser microprocesadores con capacidad de aprendizaje y perfeccionamiento.

Que la información se registre es cuestión de prueba-error: el organismo que tras mutar millones de veces desarrolle un mínimo de capacidad de recordar qué interacción no es beneficiosa podrá evitarla y así sobrevivirá más tiempo, y podrá tener más descendencia y más posibles mutaciones; una de las cuales desarrollará un mecanismo que traspasará parte de los conocimientos en su ADN en forma de capsulas de sentimientos, la base de los instintos.

Luego será cuestión de tiempo, mucho tiempo, muchas mutaciones, mucha interacción y mucha información registrada; quizá más de mil millones de años para que los organismos sean lo suficientemente complejos como para desarrollar imaginación, es decir, reproducir figuradamente sus propias interacciones, y de ahí los instintos complejos y la inteligencia.

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